A continuación quedan expuestas las ideas principales de la lectura de Bruno Fernández Cladera, profesor asociado de NNTT Aplicadas a la Educación. Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación. Universidad de las Islas Baleares. La lectura en cuestión recibe el nombre de “El papel del profesional de la educación social en la e-inclusión”.
Antes de dar paso a la tarea en sí, es necesario dejar claro que tras varios meses cursando la asignatura de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación en la Universidad Pablo de Olavide, como alumna y futura Educadora Social y Trabajadora Social, me planteo una serie de cuestiones que tienen que ver precisamente con el contenido de la lectura mencionada, es decir, me he llegado a preguntar en varias ocasiones lo siguiente: “La asignatura de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación, ¿será útil en mi desempeño profesional?” “Y en mi vida personal, ¿tendrá alguna aplicación?” “¿Será una competencia necesaria para el ejercicio y desarrollo de mi futura profesión?”
Dado que he llegado a preguntarme todas estas y otras muchas cuestiones, he creído necesario buscar respuestas a mis dudas. Por eso, he decidido exponer las ideas principales de la lectura de Bruno Fernández Cladera, pues en ella se hace mención a la figura del Educador Social, a sus diferentes campos de intervención así como a las habilidades y competencias necesarias para un buen desempeño profesional, de acuerdo con las características de la sociedad en la que nos encontramos inmersos.
A continuación daré paso al resumen de la lectura en sí:
Según una valoración de los estudios de Educación Social, realizada por el departamento durante el curso académico 2005-2006, la asignatura de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación obtiene una buena valoración por parte del alumnado del último curso, pero la perciben como una competencia no tan necesaria para el ejercicio y desarrollo de su futura profesión como Educador/a Social.
Los profesionales de la Educación Social, que actúan, según el R.D. 1420/1991 (BOE 1-10-1991), en los campos de la educación no formal, educación de adultos, inserción social de personas en riesgo de exclusión y minusválidos, así como en la acción socioeducativa, pueden utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) como herramientas de acción e intervención social. Esta profesión tiene una relación directa con la realidad social y las TIC son un importante medio y agente de Educación Social.
Las TIC están cada vez más omnipresentes en casi todas las actividades humanas. Este hecho favorece el acceso a la información y a la generación de conocimiento. Para poder hacer efectiva una alfabetización digital de colectivos desfavorecidos, es necesario llegar a los usuarios y lograr que perciban las iniciativas formativas como algo dirigido y orientado a ellos. En este ámbito, es donde los Educadores Sociales pueden intervenir porque actúan con estos colectivos, además se ocupan de aquellos campos de la educación que no tienen una regulación concreta y las TIC representan una oportunidad de inclusión social.
La Educación Social tiene un importante papel a ejercer en la Sociedad de la Información. Estos profesionales no pueden ignorar el hecho tecnológico y deben prepararse para adaptarse a estos nuevos recursos y participar de forma activa en el movimiento social denominado E-Inclusión, cuyo objetivo es eliminar la brecha digital, un término utilizado para describir que el mundo se puede dividir entre las personas que tienen y las que no tienen acceso y capacidad para usar las TIC.
Como agente de formación, el Educador/a Social no sólo puede diseñar, organizar y/o evaluar procesos formativos no formales o informales, sino que también puede llevar a cabo la intervención directa en la aplicación de dichos programas.
Cada vez es mayor el uso de las TIC para la inclusión social de colectivos en riesgo de exclusión social y laboral a través de programas promovidos por las administraciones públicas y gestionadas la mayoría de veces por organizaciones no gubernamentales de acción social.
Podemos mencionar experiencias como el proyecto E-L4E-I (e-learning for e-inclusión), dirigido a personas excluidas, de manera que puedan usar Internet para expandir sus capacidades, mejorarse a sí mismos y conseguir una vida mejor.
Otro ejemplo es la Fundación Bip Bip, que tiene como objetivo fundamental la integración social de los colectivos más desfavorecidos a través de las nuevas tecnologías. Esta fundación contribuye con su labor a que inmigrantes, toxicómanos en rehabilitación, niños tutelados, personas mayores, población reclusa en proceso de reinserción, personas con discapacidad física y psíquica, personas sin hogar, y mujeres víctimas de la violencia de género entre otros, puedan tener más oportunidades en la actual Sociedad de la Información.
Es obvio que para que los profesionales de la Educación Social puedan utilizar las TIC en el ejercicio y desarrollo de su profesión, han de estar alfabetizados digitalmente, igual que cualquier ciudadano de la sociedad actual. Y ¿qué implica la alfabetización digital?
Miquel Ángel Prats, Doctor en pedagogía y profesor de nuevas tecnologías en la Facultad de Educación Blanquerna de la Universidad Ramón Llull, entiende que “alfabetizar es instruir en los conceptos y procedimientos más básicos de la tecnología”, es decir, en el caso que nos ocupa, aprender a leer y escribir con un nuevo lenguaje: el propio de los medios tecnológicos y audiovisuales.
El Educador/a Social está incorporando, aunque de forma muy lenta, las TIC para mejorar la intervención social y contribuir a salvar la brecha digital. Cada vez más el uso continuo de la red para la búsqueda de información, las herramientas informáticas para la gestión y el tratamiento de información, el intercambio profesional y el correo electrónico son recursos utilizados por estos profesionales.
Entre el conjunto de herramientas de comunicación que el profesional de la Educación Social debe conocer y que facilitaran la interacción y colaboración social, son las denominadas herramientas de software social. Estas herramientas engloban el correo electrónico, mensajería instantánea, bitácoras de red, wikis, grupos de noticias, etc., así como cualquier otro tipo de comunidad virtual en red.
Las aplicaciones se dividen en síncronas (en las que los usuarios interactúan al mismo tiempo) y asíncronas (los usuarios interactúan en diferente momento).
La Fundación Esplai, que tiene como objetivo fortalecer e implicar al Tercer Sector en la lucha por la inclusión social, publicó en septiembre de 2004 en su diario digital unas reflexiones y propuestas sobre la e-inclusión. A mi modo de ver, aportan una serie de claves que los Educadores Sociales deben recoger para futuras elaboraciones de propuestas de alfabetización digital para los sectores más desfavorecidos. Indican las barreras añadidas que pesan sobre esas personas y que deben tenerse en cuenta en el diseño de cualquier iniciativa, éstas son:
La falta de confianza en la propia capacidad de estudio y aprendizaje.
La dificultad de identificar las propuestas que van dirigidas a ellas.
Aprendizaje basado en resolución de problemas y experimentación.
Las limitaciones de desplazamiento y disponibilidad de tiempo.
Las limitaciones económicas para financiar la formación.
La necesidad de un entorno que inspire confianza y seguridad.
Conclusiones:
1. En la formación de los profesionales de la Educación Social, y para la mejora de sus intervenciones socioeducativas en sus diferentes áreas de actuación, se debe contemplar el empleo y el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
2. Existen experiencias y proyectos, algunos citados en este documento, que contribuyen a la imagen de la figura del Educador/a Social como agente social y de formación que pueden hacer llegar a todos los grupos sociales la alfabetización digital.
3. El profesional de la Educación Social debe continuar incorporando las tecnologías de la información y la comunicación, no sólo para mejorar la intervención social, sino para contribuir a salvar la brecha digital.
4. Las herramientas de software social son un importante medio de Educación Social y, por este motivo, son recursos válidos para los profesionales de la Educación Social y para una intervención socioeducativa.